jueves, 8 de octubre de 2009

Aceite esencial de Lavanda

Lavandula officinalis

La lavanda goza de numerosas propiedades y está considerada la esencia más versátil. Por sus múltiples utilizaciones, conviene tenerla siempre a mano para cualquier eventualidad.
Es muy conocido su poder antitóxico y antivenenoso.
También se colocan saquitos de tela lleno de flores de lavanda secas entre las sábanas para aromatizarlas y preservarlas de las polillas.
La lavanda está muy indicada para todos los desequilibrios energéticos, como nerviosismo, estrés, debilidad y en las somatizaciones derivadas : insomnio, hipertensión, cefalea, palpitaciones, donde desarrolla una acción esencialmente equilibrante.

Por la noche, masajear unas gotas en la nuca y en las sienes o rociar la almohada con unas gotas ayudan a conciliar el sueño.

Es ligeramente anestésica, tiene propiedades antisépticas y microbicidas, estimula la producción de glóbulos blancos y, por ello, es útil contre el desarrollo de infecciones. Es antiespasmódica, calma los dolores menstruales y estimula la menstruación. Facilita la digestión, combate los cólicos.
Alivia los dolores musculares.

Por sus propiedades antisépticas, antiinflamatorias y cicatrizantes, unidas a su gran tolerencia, se utiliza muy a menudo para los cuidados de la piel : previene y calma las quemaduras, desinfecta las heridas y facilita la cicatrización...

Propiedades:

Analgésica, antidepresiva, antiespasmódica, antirreumática, cicatrizante, antiséptica, calmante, antitóxica, diurética y desodorante.


Principales indicaciones:

Enfermedades de la piel, reumatismos, insfecciones de la vías respiratorias, problemas digestivos, infecciones genitourinarias y problemas del sistema nevioso.

Extraído de :
"Aceites esenciales", F. Padrini y M.T. Lucheroni

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