lunes, 21 de septiembre de 2009

Aceite esencial de Cedro


El cedro es un árbol majestuoso, cuya preciada madera, de un intenso perfume, siempre ha sido muy buscada. Se cuenta que todos los templos de Babilonia, al igual que el palacio real de Salomón, en Jerusalén, se construyeron con la aromática madera de cedro. Es probable que del cedro se extrajera el primer aceite empleado con fines cosméticos, terapéuticos, para embalsamar los cuerpos y conservar los papiros. La variedad más apreciada es el cedro del Líbano. En la actualidad la esencia se obtiene del cedro atlántico, procedente de Marruecos. Al igual que todas las esencias extraídas de plantas fuertes y longevas, el cedro es eficaz para reconstituir la energía y la vitalidad durante el proceso de enfermedades crónicas, porque la energía del árbol secular, recogida y concentrada en su aceite esencial, está concentrada en las gotas doradas y perfumadas. El aceite de cedro despliega su actividad antiséptica sobre todo en las mucosas respiratorias y genitourinarias, en particular, en las afecciones crónicas (bronquitis crónica, tos, cistitis, inflamaciones renales, etc.). Es muy beneficioso para el cuidado de la piel en casos de eccemas secos, prurito, caspa, caída del cabello, psoriasis, micosis y otras afecciones cutáneas como heridas, rozaduras, arañazos y pequeños cortes. Además, ahuyenta los insectos.

Propiedades: antiséptico, estimulante de los tejidos, astringente, diurético, afrodisíaco, sedante nervioso, estimulante de la circulación, cicatrizante y antiparasitario.

Indicaciones:
enfermedades crónicas, afecciones respiratorias, infeciones de las vías urinarias, dermatitis, acné, caída del cabello, micosis, picaduras de insectos, estrés y tensión nerviosa.


Precauciones: no debe usarse durante el embarazo.

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